Las propiedades mecánicas del acero inoxidable son las que permiten que las estructuras sean súper resistentes al óxido. Asimismo, gracias a que el acero inoxidable forma una capa fina de óxido de cromo que cuando se rompe se auto repara, es uno de los materiales favoritos de construcción.

Sin embargo, en ciertos ambientes, este metal puede sufrir daños graves. En estos casos, el óxido de cromo no puede reparar su micro-estructura y, por lo tanto, se produce corrosión en la superficie.

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1. Corrosión por picadura

La corrosión por picaduras severas es un daño localizado que produce agujeros u hoyos en los productos de acero inoxidable. Generalmente es causado por el cloruro, las temperaturas elevadas durante períodos prolongados o la falta de oxígeno en la superficie.

La corrosión por picadura ocurre con mayor frecuencia en los puntos donde la capa pasiva podría debilitarse, por ejemplo, debido a inclusiones de escoria, una superficie dañada o imperfecciones en la capa pasiva. Una vez que el ataque ha comenzado, el material llega a ser penetrado completamente en poco tiempo.

Este elemento es uno de los tipos corrosivos más perjudiciales. La única forma segura de evitarlo es mantener el producto de acero inoxidable alejado de la exposición prolongada a estos peligros.

2. Corrosión por grietas

Al igual que con el tipo anterior, la falta de oxígeno puede causar corrosión en la superficie del acero. Esto sucede particularmente si el producto presenta grietas y no son selladas a tiempo; de ahí el nombre. La corrosión por grietas puede tomar forma entre el metal y metal, o el metal y los materiales no metálicos.

La estabilidad de la capa pasiva sobre los aceros inoxidables es promovida por el cromo y soportada por el níquel. Aunque cromo soporta las reacciones anódicas en la corrosión por grietas más que el hierro o el níquel, las aleaciones con cromo suelen ser mucho mejores contra esta corrosión.

Para un nivel de cromo dado, los aceros inoxidables austeníticos parecen resistir el ataque mejor que los tipos ferríticos con níquel más bajos. El molibdeno y el nitrógeno tienen un efecto muy marcado en el aumento de la resistencia: el molibdeno ayuda a detener la velocidad de la corrosión una vez que se ha producido la despasivación.

3. Corrosión bajo tensión

Rara, pero severa, la corrosión bajo tensión es el resultado de la tensión de tracción combinada con la temperatura elevada, agentes agresivos y humedad. Esta provoca fisuras profundas en un punto concreto del material.

Este tipo de corrosión puede descomponer las propiedades mecánicas del acero en días en lugar de meses o años.

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4. Corrosión intergranular

Otro tipo raro de daño que puede romper estructuras de acero inoxidable es la corrosión intergranular. La palabra «intergranular» se define a que está ubicada u ocurriendo entre gránulos o granos.

El cromo expuesto al calor excesivo se fusiona con el carburo, creando carburo de cromo. Las técnicas utilizadas para evitar el problema de la corrosión intergranular son el uso de un acero inoxidable de bajo carbono o realizar un calentamiento uniforme y rápido del producto.

5. Corrosión General

Con poca penetración, pero cubriendo toda la superficie, la corrosión general puede ser bastante destructiva. A diferencia de otros daños corrosivos, la corrosión ocurre en cualquier lugar que interactúe con un elemento que sea destructivo.

Sin embargo, la corrosión general avanza hacia toda la superficie de forma consecutiva. Por lo general, este tipo se debe a que la microestructura está permeada por un ácido como el ácido sulfúrico.

Si bien el acero inoxidable no es completamente resistente a la corrosión, es un gran material. Si eliges las aleaciones adecuadas para aplicaciones específicas, el acero inoxidable durará toda la vida.